El caso de Toxo fue un misterio. Cuando se nos dio el aviso, el cariñoso Toxo no podía mover las patas traseras. Una visita al veterinario confirmó que no tenía nada roto y que, podría ser algo inflamatorio lo que le provocaba la parálisis. Con la medicación que le pautó, a las pocas semanas ya estaba andando y corriendo sin ningún problema.
Realmente el problema vino cuando descubrimos que no pertenecía a ninguna colonia ni había posibilidad de volver a soltarlo, por lo que se quedó definitivamente en el refugio. Él está encantado y se ha adaptado perfectamente a los demás gatos y a las visitas de los voluntarios, pero sería genial encontrarle una casa. Si quieres que sea la tuya, contacta con adoptaproyectogato@gmail.com.
Amadrinado por Noela López.
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