Memphis llegó a nosotras para castrar desde una colonia de Porriño. Su situación allí, como en muchos otros casos que ya os hemos contado, era algo complicada por falta de cuidados, alimento y peligrosidad.
Tras castrarlo, nos dimos cuenta que, además, su hermosa cola estaba deteriorada, por lo que se tuvo que amputar. Lo que lo llevó a quedarse ya, definitivamente, en el refugio.
Aún así, Memphis es un luchador y, aunque algo miedoso, ha podido olvidar su vida en las calles para buscar ahora una familia que lo quiera y con la que jugar. Esa colita tan graciosa y distintiva que le ha quedado tras la operación, esos ojos que piden cariño a gritos y su carácter bonachón se merecen un hogar definitivo. Dáselo contactando con adoptaproyectogato@gmail.com.
Apadrinado por Pablo Dapena.
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