Romi fue recogido junto a su hermano Yaul en diciembre de 2018 en la calle Romil. Fue encontrado en una zona problemática por el riesgo de atropello. Allí le daban de comer las vecinas y, como era tan bueno, se dejó coger en el acto.
Ahora sin embargo en el refugio, se ha vuelto más tímido. La adaptación a un cambio tan grande depende siempre de cada gato, pero estamos seguros de que es solo cuestión de tiempo que Romi vuelva a ser el gato sociable y amoroso que conocimos buscándose la vida por las calles.
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