Rori procede de Gondomar Centro y llegó a nosotros en principio para esterilizar, pero por la problemática en la zona y que dio positivo a leucemia, finalmente se quedó en el refugio.
Es un gato tímido y más bien miedoso, pero le pirra la comida rica así que no falla, en cuanto la huele, no puede evitar asomar la cabecita y decirnos con la mirada «eh! un platito para mí, por favor!» 🙂