Hamelín era un ser excepcional, con carácter, pero a la vez hiper mega mimoso, demandando cariño de seguido tanto a humanos como al resto de gatos. La verdad es que pedía una casa a gritos.
Hamelín estaba muy delicado a niveles de hígado, riñones, inmunodeficiencia, pero no por ello intentamos menos darle un hogar, y es que este pequeño se lo merecía y lo ansiaba. Contra todo pronóstico y desahuciado ante la mirada de todos, conseguimos después de dos transfusiones de sangre poder estabilizarlo y darle un mesecito de calor de hogar. ¿Un período corto? Sí. Pero fue una satisfacción para nosotras sacarlo del refugio y que vivera en un hogar, aunque fuera solo 1 mes. Os podemos asegurar que fue el gato más feliz del mundo, estuvo entre algodones y durmió con todos los miembros de la familia humana y gatuna, y así conseguimos darle a Hamelín la vida que nunca tuvo.
Este vídeo es una buena muestra de que vivió su última fase lleno de amor y cuidados. Seguro que si pudiera hablar su primera y última palabra sería “gracias” aunque ellos no puedan hablar tampoco les hace falta ya que con la mirada nos lo dicen todo.
Hamelín, allá donde estés sigue dando muchos mimos y saluda al resto de compis felinos que nosotras aquí os seguiremos echando de menos… con la conciencia tranquila de dejarnos nuestra alma con cada uno de vosotros e intentando siempre daros una vida mejor. Seguiremos peleando para que absolutamente todos podáis tener un hogar, ya sea de acogida o definitivo, pero un hogar, al fin y al cabo.