A este pequeño lo recogimos en Septiembre de 2010, con un traumatismo muy grave y un ojo muy afectado. El pobre no lo ha pasado precisamente bien.
Ha perdido un ojito y tiene mucho miedo, aunque no responde con agresividad. Pensamos que es casero por que llegó en muy buen estado físico a la protectora, pero nadie lo ha reclamado por lo que nos toca, ahora que está recuperado del todo, encontrarle un buen hogar donde le hagan olvidar la mala experiencia.
Es un gatazo negro impresionante que necesita un adoptante especial, que le haga olvidar el mal trago que le ha tocado vivir.