Este grandullón apareció en la cafetería de O Castro en marzo de 2016. Era muy sociable y cariñoso, por lo que pensamos que tenía familia pero nadie lo reclamó.
Siempre ha sido muy simpático y juguetón con las personas, de la compañía de otros gatos lo cierto es que no disfruta demasiado.
Castro necesita una familia para él solo, cada día va quedando menos de ese gato alegre que conocíamos, está cansado, aburrido de estar en el refugio…. 🙁