Esta pequeña llegó a nosotros en junio de 2020 por un aviso de Gondomar ya que estaba arrastrando las patas traseras, y ante tal urgencia la metimos en el refugio. Puede que fuera por debilidad ya que una vez con nosotros, se movía perfectamente, comía y estaba muy espabilada. El refugio no es sitio para cachorros, están muchas horas solos y cuando estamos no podemos prestarle la atención y los mimos que necesitan por toda nuestra carga de trabajo.
En el caso de Nebu (bautizada por la casa de acogida 🙂 ) era muy arisca en el refugio, y los últimos días ya ni quería comer mucho. Desde que está en acogida va avanzando, la manosean todo el tiempo para que se acostumbre al humano, pero con su hermano postizo Luci, no hizo falta mucho para que se lleven genial. Como decimos, poco a poco va avanzando en el trato con los humanos, ahora mismo no es precisamente un saco de mimos, pero estamos seguros de que con tiempo y paciencia lo será!