Podo es uno de nuestros leucémicos y llegó de una colonia de Gondomar Centro para esterilizar, pero lo hizo con una pododermatitis que tuvimos que tratar. Para los animales con este tipo de problemas, el devolverlos a la calle pude ser un auténtica pesadilla, así que se quedó con nosotros.
Podo acostumbra a vigilarnos siempre desde esa cuevita y con esa mirada de «te aconsejo que no te acerques». Los hay que escapan de ti y se esconden, los que salen corriendo y se acomodan en otro sitio y luego los hay como Podo, que desde luego tiene claro que de su trono no se mueve y que si es necesario, te suelta un bufido para recordarte dónde están los límites. Quizás sea así porque su padrino Miguel Ángel Alonso lo tiene consentido mientras no encuentra a una familia que se atreva a conquistarlo escribiendo a adoptaproyectogato@gmail.com.
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