Puko a día de hoy no es un gato nada sociable y no quiere saber nada de los humanos.
Pertenece a una colonia en la que los gatos, por las características de la misma, suelen morir muy pronto. Nos avisaron porque al gato le pasaba algo en la boca, lo operamos y lo castramos, y lo devolvimos a su colonia. Meses más tarde nos volvieron a avisar, porque un coche le había fracturado una de sus patas.
Necesitamos casas de acogida, voluntarios que se paren con estos gatos en su socialización, dándoles tiempo parándose con ellos se consiguen metamorfosis espectaculares, pero necesitamos ayuda y muchas más casas para tantos casos y necesidades especiales que tenemos. (Junio 2012)
Amadrinado por Sonia Portela 🙂