A Rabicho lo encontramos, o mejor dicho, nos encontró, cuando nos trasladamos a Coia.
Rabicho es un mimosón. Aprovecha cualquier oportunidad para colarse delante tuya y pedirte atención.
Es un gato ya mayor que, lejos de haberse vuelto un cascarrabias, se lleva de maravilla con sus compañeros gatunos.